En @manodemithril organitza un #concurs de #microrelats al II Festival de #PalmaFantàstica. Aquesta és la meva modesta aportació #ForaDeConcurs 🤭🤭🤭

#FueraDeConcurso #mireinoporunapluma #palmafantastica @palmafantastica

Alfredo y Esteban se escondieron rápidamente detrás de unos matorrales. Es bien sabido por todos que en cualquier pradera que se precie siempre hay unos matorrales para ocultarse. El caso es que ahí se quedaron, agazapados, un buen rato, en silencio. Hasta que el bebé empezó a llorar. De hambre o de frio, es igual, el caso es que berreaba tan alto que Alfredo se encabronó.

-Lo va a escuchar antes la tía Joana que el…

Pero no pudo terminar la frase. Una sombra alargada les sobrevoló, a muchos metros pero aun así inconfundible.

-¿Estás seguro que funcionará? –preguntó Esteban por quinceava vez.

-Que sí pesado, que el abuelo Mano me lo contaba todas la noches, que los bebés gnomos son inmunes a los… dragones –Alfredo pronunció la última palabra en un susurro. Solo decir el nombre ya daba miedo. Pero ahí estaban, tan panchos, en el exterior de las cuevas, sin protección y con el recién nacido de la tía en el suelo.

-No te preocupes, no le pasará nada, y así probaremos la teoría del pobre tío Mano, que nunca le creyeron.

El dragón rugió y una lengua de fuego barrió toda la pradera, incluido el matorral en el que los dos pardillos se encontraban escondidos. Lo último que oyó Esteban antes de morir fue una suerte de disculpa de boca de Alfredo.

-Mierda, me equivoqué.

Pero ya no tuvo tiempo de responder con el consabido “te lo dije”.

Animaros a participaaaar! 🔝🔝🔝